LA REFORMA
De 1858 a 1861, en México tuvo lugar la llamada guerra de Reforma o de Tres Años. Este conflicto surgió por el enfrentamiento entre los dos partidos políticos que había en el país: los liberales y los conservadores. Los liberales, entre los cuales estaba Benito Juárez, exigían un gobierno democrático, una distribución equitativa de la riqueza, igualdad y respeto entre los hombres y la elaboración de una nueva Constitución. Los conservadores, por su parte, no estaban dispuestos a dejar el poder ni a cambiar su forma de gobierno.
El presidente Juárez fue el protagonista de esta guerra, durante la cual se proclamaron las leyes de reforma. Al proclamarse estas leyes se nacionalizaron los bienes del clero, se cerraron los claustros, se extinguieron las órdenes religiosas, se implantó el Registro Civil y se secularizaron los cementerios y las fiestas públicas.
Benito Juárez es una figura muy importante en la historia de México. Nació en San Pablo Guelatao, Oaxaca, el 21 de marzo de 1806. Estudió la carrera de derecho; fue gobernador de su estado natal en 1847. En 1855, el presidente Juan Álvarez lo nombró ministro de Justicia y de Instrucción Pública, dos años después fue electo presidente de la Suprema Corte de Justicia y en 1858 asumió la presidencia de la República. Protagonizó la guerra de Reforma, durante la cual se proclamaron las leyes del mismo nombre y defendió la soberanía de la nación. Murió el 18 de julio de 1872 víctima de una angina de pecho.
Juárez fue proclamado Benemérito de las Américas. Su frase más conocida es: "Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz".
La República restaurada
Cuando Benito Juárez estuvo al
frente de la presidencia de la República en 1862, el país
atravesaba por un periodo muy difícil, ya que no se había
recuperado de conflictos anteriores, el pueblo tenía problemas económicos
y el ejército contaba con poca gente y escaso armamento, la falta
de dinero obligó al presidente Juárez a suspender el pago
de la deuda que México tenía con países europeos.
En esa época Francia era gobernada por Napoleón III, quien pretendía apoderarse de la República Mexicana. Animado por la inestabilidad política del país y siguiendo sus deseos imperialistas, envió a un ejército bien organizado y armado que invadió el país y envió a Maximiliano de Habsburgo en calidad de emperador, para gobernar a los mexicanos. En estas circunstancias el general Ignacio Zaragoza preparó la defensa de la ciudad de Puebla, contando con pocos soldados y los habitantes de un pueblo llamado Zacapoaxtla.
Su armamento era muy inferior al de los franceses, pero su valentía y su convicción de que no debían dejar pasar a los invasores a la ciudad de México los llevó a protagonizar la sangrienta batalla del 5 de mayo de 1862, donde los mexicanos resultaron victoriosos.
Mientras, el presidente Juárez estableció
su gobierno fuera de la capital. Más tarde, el emperador Maximiliano
de Habsburgo fue abandonado por su ejército y murió fusilado
junto con los generales conservadores Tomás Mejía y Miguel
Miramón en el Cerro de las Campanas Querétaro. El presidente
Juárez regresó a la ciudad a restablecer la República.