LA ASPIRINA.
(resumen de escritos publicados en Selecciones del reader's Digest)
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Cada día se descubren más beneficios de este prodigioso fármaco.
Por Harriet Webster

La aspirina, que quizá sea el medicamento más usado en el mundo, no sólo sirve
para aliviar dolores y molestias comunes: varios estudios recientes indican que
puede ayudar a combatir una amplia gama de enfermedades graves. "Hoy en día
parece resultar beneficiosa en muchas áreas de la salud", dice la doctora Debra
Judelson, directora médica del Instituto de Cardiología de la Mujer, en Beverly Hills,
California. "A casi todas mis pacientes les receto aspirina en dosis reducidas,
siempre y cuando no sean alérgicas al fármaco ni propensas a sufrir hemorragias".

He aquí algunos de los trastornos que la aspirina y otros medicamentos similares
ayudan a prevenir:

Mal de Alzheimer.
"Los estudios realizados en los últimos cinco años muestran que la inflamación del
cerebro está asociada con la aparición del mal de Alzheimer", señala el doctor
Richard Lipton, profesor de psiquiatría, neurología y epidemiología en la Escuela
Superior de Medicina Albert Einstein, de Nueva York. Esto podría explicar por qué,
según otros estudios, quienes toman antiinflamatorios con regularidad por otros
motivos --por ejemplo, para combatir la artritis o prevenir enfermedades
cardiovasculares-- corren menor riesgo de contraer el mal de Alzheimer.

"Los ancianos que toman aspirina presentan menor pérdida de sus capacidades
mentales", observa el doctor Charles Hennekens, de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Miami. "Esto indica que el fármaco puede ayudar no solamente a
los enfermos de mal de Alzheimer, sino también a quienes sufren pérdida de la
memoria con la edad".

Cardiopatía diabética.
Los investigadores han hallado pruebas de que los diabéticos son propensos a
producir una mayor cantidad de tromboxano, sustancia que estimula la aglutinación
de plaquetas. Debido en parte a esto, tienen una probabilidad entre dos y cuatro
veces mayor de morir por complicaciones de enfermedades cardiovasculares que
quienes no lo son.

La aspirina ayuda a prevenir la cardiopatía diabética, en parte, impidiendo la
síntesis de tromboxano. El Estudio sobre la Salud de los Médicos, importante
investigación clínica dirigida por el doctor Hennekens, reveló una disminución de
44 por ciento en la incidencia de infartos en hombres sometidos a tratamiento con
aspirina, y una reducción aún mayor entre los diabéticos.

Cáncer.
En los últimos diez años ha crecido mucho el interés por el uso de la aspirina para
prevenir el cáncer. "Los experimentos muestran que la aspirina y otros antiinflamatorios
no esteroideos inhiben la formación y el crecimiento de tumores cancerosos de muy
diversos tipos, como los de colon, esófago y estómago", dice el doctor Michael
Thun, vicepresidente de estudios epidemiológicos de la Sociedad Estadounidense
de Lucha contra el Cáncer. El Estudio sobre la Salud de las Enfermeras,
investigación de largo plazo que actualmente realiza la Facultad de Medicina de la
Universidad Harvard entre casi 90,000 enfermeras participantes, muestra una
disminución de 30 por ciento de casos de cáncer colorrectal entre las mujeres que
tomaron aspirina regularmente durante un lapso de entre 10 y 19 años, y una
reducción de 44 por ciento después de 20 años de uso constante del fármaco.

Infartos.
Aunque la Dirección de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos recomienda la
aspirina a los enfermos cardiacos como un medio para prevenir infartos, pocos saben
que también es útil cuando sobrevienen. En 1998 la dependencia aconsejó tomar
aspirina de inmediato al primer síntoma de infarto.

La doctora Judelson comprobó los beneficios de esta medida durante un vuelo en
avión. Al ver que otro pasajero se ponía pálido y empezaba a quejarse de dolor de
pecho y dificultad para respirar, se apresuró a darle dos aspirinas. En muy poco
tiempo el dolor cedió y el hombre recuperó el aliento y el color.

Más tarde, en el hospital adonde trasladaron al pasajero, los médicos observaron
que tenía obstruida en 95 por ciento una de las arterias coronarias. "Le despejaron
el vaso y lo enviaron a casa dos días después", dice la especialista. La aspirina
había impedido que se formaran coágulos de sangre en la arteria tapada.

"Si cree que está sufriendo un infarto, mastique dos aspirinas", aconseja. "Esto permite
una absorción más rápida que si se ingieren enteras. El tiempo es vital: cuanto más
tarde en tomar el fármaco, mayor será el daño del músculo cardiaco".

Pérdida auditiva por uso de antibióticos.
Los estudios indican que la pérdida auditiva asociada con el uso de antibióticos
aminoglucósidos puede reducirse si se toman en combinación con aspirina. "Estos
antibióticos se cuentan entre los más usados en el mundo", explica Jochen Schacht,
profesor de bioquímica en la Universidad de Michigan. "Combaten muchas infecciones
bacterianas que son resistentes a otros fármacos. Calculamos que diez por ciento de
quienes ingresan en nuestro hospital los reciben".

Por otro lado, añade Schacht, "la Organización Mundial de la Salud considera que los
aminoglucósidos son una importante causa de sordera evitable". Pueden combinarse
con el hierro del organismo y formar radicales libres, moléculas inestables que dañan
las células, entre ellas los miles de células ciliadas del oído interno. Cuando se dañan
éstas, el oído interno pierde la capacidad de detectar sonidos y se produce sordera
permanente.

Ciertos estudios indican que el salicilato --la sustancia en que se convierte la aspirina
al descomponerse-- previene la formación de radicales libres y, por tanto, la pérdida
auditiva por uso de antibióticos.

No es conveniente empezar a tomar aspirina a diario sin antes consultar al médico. A
pesar de las bondades de este fármaco, los especialistas advierten que su uso conlleva
serios riesgos para algunas personas. Como impide la aglutinación de plaquetas,
puede hacer lenta la coagulación y causar hemorragias. Por eso, el uso regular de
aspirina no es aconsejable para quienes padecen trastornos digestivos, sangrados
gastrointestinales o hemofilia. Las personas que vayan a someterse a cirugía, aunque
sea menor, deben avisar a los médicos si están ingiriendo el fármaco. La aspirina
tampoco es recomendable para niños y adolescentes debido a su relación con el
síndrome de Reye, enfermedad infantil poco común pero peligrosa.

No obstante, quizá sea el remedio que se necesita para prevenir algunas de las
enfermedades más temidas. "Creo que va a ser la medicina milagrosa del siglo XXI",
afirma el doctor Hennekens.

Lo que hay que saber sobre la aspirina
Tomado del libro Prescription and Over-the-Counter Drugs, de Reader's Digest
Presentación: Tabletas, cápsulas
¿Se puede adquirir sin receta? Sí
¿Tiene sustitutivo genérico? Sí
Acción: antiinflamatorio no esteroideo; analgésico; antiplaquetario
 

DATOS SOBRE SU EMPLEO

INDICACIONES
La aspirina está indicada para dolores e inflamaciones comunes, de leves a moderados;
para bajar la fiebre; para prevenir la formación de coágulos, una de las principales
causas de infarto, apoplejía y otros accidentes vasculares; para aliviar la inflamación,
el dolor y la rigidez articulares propios de la artritis.

MODO DE ACCIÓN
Los antiinflamatorios no esteroideos como la aspirina inhiben la liberación en el cuerpo
de unas sustancias llamadas prostaglandinas, que intervienen en los procesos
inflamatorios, pero se desconoce exactamente cómo surten sus efectos analgésicos,
febrífugos y antiinflamatorios.

DOSIFICACIÓN
CANTIDAD Y FRECUENCIA
Para el dolor o la fiebre: de 325 a 650 mg cada 4 horas, según sea necesario. Para
prevenir la formación de coágulos: de 80 a 100 mg al día o cada tercer día. Para la
artritis: de 3.6 a 5.4 g al día en varias tomas.

INICIO DEL EFECTO
A los 30 minutos de la toma.

DURACIÓN DEL EFECTO
Como analgésico, hasta 4 horas.

FORMA DE INGESTIÓN RECOMENDADA
Tomar la aspirina con algún alimento o con un vaso de agua completo para aminorar
la irritación estomacal.

ALMACENAMIENTO
Guárdese en un envase bien cerrado, apartado del calor y de la luz solar directa.

TOMAS OMITIDAS
Para el dolor y la fiebre, tome la aspirina omitida en cuanto lo recuerde y deje pasar
4 horas antes de tomar la siguiente. Para la artritis, tome la aspirina tan pronto como
lo recuerde, incluso 2 horas más tarde, y después reanude el horario de costumbre.

SUSPENSIÓN DEL TRATAMIENTO
En caso de dolor o fiebre, suspéndalo en cuanto sienta alivio. Tratándose de artritis
o riesgo de formación de coágulos, consulte a su médico antes de suspenderlo.

USO PROLONGADO
Si debe tomar aspirina durante mucho tiempo, pregunte a su médico si es necesario
que se someta a reconocimientos o análisis de laboratorio.

PRECAUCIONES
Personas mayores de 60 años: Las personas de edad avanzada corren más riesgo
de sufrir irritación o sangrado gastrointestinal.

Al conducir o realizar trabajos peligrosos: El uso de la aspirina no altera en modo alguno
la capacidad para desempeñar estas tareas.

Alcohol: El consumo de alcohol debe restringirse, dado que aumenta el riesgo de irritación
y sangrado estomacal.

Embarazo: No tome aspirina durante el último trimestre del embarazo, salvo que se lo
prescriba su médico.

Lactancia materna: La aspirina pasa a la leche. No la tome o no dé el pecho.

Recién nacidos y niños pequeños: No se debe dar aspirina a niños menores de 16 años,
salvo que el médico indique lo contrario, ya que puede causar una enfermedad poco común,
pero grave, llamada síndrome de Reye.

SOBREDOSIS
Síntomas: Náuseas, confusión, ataques convulsivos, vómito, hiperventilación, fiebre.
Qué hacer: Llame de inmediato al médico, a los servicios de urgencia o al centro de
atención de intoxicaciones más cercano.

INTERACCIONES CON OTROS MEDICAMENTOS
Consulte a su médico antes de tomar aspirina si está tomando un antihipertensor,
medicina para la gota o la artritis, un anticoagulante como la warfarina, un antidiabético,
un esteroide o un anticonvulsivo.

CON ALIMENTOS
No se sabe de ningún efecto adverso. En realidad, tomar aspirina con alimentos o
bebidas que contienen cafeína puede potenciar su efecto analgésico.

CON ENFERMEDADES
Pregunte a su médico si puede tomar aspirina en caso de padecer asma, algún
trastorno de la coagulación, insuficiencia cardiaca congestiva, diabetes mellitus,
gota, hemofilia, hipertensión, insuficiencia renal o hepática, algún trastorno de la
tiroides o úlcera péptica.

EFECTOS SECUNDARIOS GRAVES
Vómito, ansiedad, cansancio extremo, confusión; una reacción alérgica que cause
dificultad para respirar, enrojecimiento de la cara, comezón o hinchazón de cara,
labios o párpados. Éstos son los síntomas del síndrome de Reye, trastorno poco
común, pero grave, que puede afectar a los pacientes menores de 16 años. Busque
de inmediato atención médica.

COMUNES
Malestar estomacal, salpullido, náuseas, zumbido de oídos.

MENOS COMUNES
Insomnio.

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La aspirina

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