LA PARTE MAS PELIGROSA
(Aportación de nuestra amiga Ale Sandoval)
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Un grupo de sabios se reunió para decidir cuál era la parte más importante del cuerpo.

Un endocrinólogo afirmó que eran las glándulas, porque regulaban las funciones; el neurólogo dijo que era el corazón, porque sin él las glándulas no funcionaban. El nutricionista aseguró que era el estómago, porque, sin alimento, el corazón no tenía fuerzas para latir.

El más sabio entre ellos oía todo en silencio. Como no llegaban a ningún acuerdo, quisieron saber su opinión.

Todas estas partes son fundamentales para la vida -dijo el más sabio. - Si faltara una de ellas, el cuerpo moriría. Sin embargo, la parte más importante no existe: es el canal imaginario que une el oído a la lengua.   "Si este canal tiene problemas, el hombre comienza a decir cosas sin oírlas -y ahí, no sólo el cuerpo muere, sino que el alma se condena para siempre".

Paulo Cohelo

Si no nos escuchamos, corremos el riesgo de decir barbaridades, cosas fuera de lugar y muchas veces la palabra equivocada, ó la frase inadecuada puede marginarnos para siempre.

Así como nos sentimos dueños de nuestras acciones tambien sería bueno que fueramos dueños de nuestras reacciones, de nuestras palabras. Cuando lastimamos con nuestras palabras... luego queremos enmendar el error pero ya es tarde.

Arrojamos en la cara del otro palabras y palabras por un impulso o ante un disgusto y no nos escuchamos.

Esas palabras que salieron de nosotros y en las que poco o nada reparamos penetraron en el otro de una manera brutal y tal vez destruimos en la otra persona sentimientos lindísimos que tenían hacia nosotros.

Por más que al darnos cuenta nos arrepentimos y queremos enmendar el error, ó tratamos de cicatrizar la herida con un pedido de perdón: el daño ya está hecho...

Antes de hablar imaginemos la escena, nosotros frente a nosotros como receptores de nuestras propias palabras.  Allí al escucharnos podemos darnos cuenta si lo que vamos a decir está bien, ó lastima.

Dejemos de lado frases como "Aunque duela se lo voy a decir", "Se lo dije  al fin", "Se enojó porque le dije la verdad"... ¿Qué verdad? ó acaso somos sabios?

Pensemos...Meditemos antes de disparar una palabra cuyas consecuencias pueden ser irreparables...

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La parte mas peligrosa

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