Mi mamá ya salió del hospital. . . ahora está recibiendo el abrazo de Dios.Se necesitan mamás
(Aportación de nuestra amiga
Lina Rodríguez Hobart)¿Alguien me puede decir dónde se compran mamás? No me importa que no sean baratas, prefiero que cuesten mucho, pero que sean de muy buena calidad.
Busco mamás resistentes que no se deterioren con el agua, mamás todo-terreno, que puedan estar a la intemperie, que resistan desvelarse todas las noches durante largas temporadas cuidando a sus bebés, dos,
tres, y cuatro veces cada noche. No es necesario que les guste el olor a los pañales sucios de sus niños con tal de que superen el asco que sientan, y sean capaces de limpiarlos con delicadeza y amor, y todo ello, y mucho más, sin sentirse víctimas.No quiero mamás cobardes ante la vida que trasmitan sus temores a sus hijos, las quiero valientes, entronas y audaces, para que sus hijos puedan hacer de este mundo un lugar digno y justo para todos.
Que enseñen a sus criaturas que todos somos iguales y el color de la piel es el mismo. "Sólo hay una raza, -decía el Beato Josemaría Escrivá- la raza de los hijos de Dios".Necesito madres que sepan perseverar en su afán de educar a pesar de los aparentes fracasos, es decir, que sepan convencer con argumentos -no con gritos ni con golpes- a pesar de que hayan "repetido un millón
de veces" que hemos de tender la cama, ordenar nuestro cuarto, y ayudar a recoger la mesa o lavar los platos.Hacen falta muchas madres alegres, juguetonas y traviesas que sepan ser cómplices de las pillerías de sus hijos. Mamás que nunca tomen, ni fumen, más de lo que marca la prudencia y la templanza. Para que, dando
buen ejemplo, puedan vivir muchos años cuidando de los suyos, ayudando con amor, cuando sea necesario, a sus nietos. Madres de esas que saben hablar de Dios, porque saben hablar con Dios. Madres que recen mucho a Aquel que todo lo puede, y estén dispuestas en todo momento a aceptar y cumplir su voluntad.Mamás que sepan fabricar horas, pues las que tiene el día no les alcanzan para cumplir con todas sus obligaciones, y así poder oír, comprender y aconsejar. . . "pues yo que tú, no dejaría que tu novio te trate así. Mira hija, si tú le permites que te hable de esa manera, cuando estén casados difícilmente sabrá respetarte...
Qué sabia, apropiada, y expresiva es la expresión "desmadre". Qué claro queda que cuando un río se sale de su cause -de su madre- produce daños y arrasa con todo. Qué terrible deficiencia ha producido en tantas vidas la falta de esa persona que está dispuesta a darlo todo por sus hijos en cualquier momento, aunque a veces nos parezca que no sabe hacer otra cosa más que regañar. Necesito mamás que siendo muy viejitas sigan preocupándose por sus hijos como si todavía fueran pequeños, y recen mucho por ellos.
No puedo decir que mi mamá no tuvo defectos, también se cansaba, y a veces le falló la paciencia. Como Dios le concedió muchos años de vida (noventa y dos) era muy sensible a los decibeles que a veces hay en la típica casa cuando alguien está de mal humor, o por el volumen de la televisión, o del "Nintendo" de un nieto. Pero a pesar de sus regaños supo querer -y mucho- a todos los que tenía cerca. Sufría cuando sabía de la enfermedad o de las penas morales de alguien.
En contra de mi mamá tengo una queja muy seria, una injusticia grave que difícilmente podré perdonarle, y es que, teniendo una hermosísima voz de mesosoprano muy pocas veces, muy pocas, la oí cantar. Qué tonto soy, nunca le pregunté por qué no lo hacía.
Pero cómo conseguir mamás así, si ahora tantas mujeres ya no quieren tener hijos, incluso hay algunas que sólo quieren un tamagochi para "jugar a la mamá", y luego los abandonan en manos de quien las ayuda en la casa. . . y que los entretenga la televisión.
Qué claro me queda ahora que el Hijo de Dios hecho hombre, pudiendo realizar nuestra Redención de cualquier manera, haya querido tener una Madre en su paso por la Tierra. Ahora mis dos mamás están en el Cielo...
la mía, y la de Dios.