LA BOTELLA
(Aportación de nuestro amigo Gerardo Quintero)

Queridos amigos de LECTURAS PARA COMPARTIR, el encontrarlos a ustedes en la red ha sido una experiencia maravillosa, desde hace mas de 2 años he sido un incansable lector de sus magnificos temas, los
he recomendado a muchisima gente y estoy seguro que ellos tambien estan felices de conocerlos. Hace tiempo habia estado por escribirles y les enviare algun material que espero pueda  servirles.

Que Dios les Bendiga y siga iluminando su camino.
 

Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed.  Por suerte, llegó a una cabaña vieja, desmoronada sin ventanas, sin techo.  El hombre anduvo por ahí y se encontró con una pequeña sombra donde
acomodarse para protegerse del calor y el sol del desierto.

Mirando a su alrededor, vio una vieja bomba de agua, toda oxidada.  Se arrastró hacia allí, tomó la manivela y comenzó a bombear, a bombear y a bombear sin parar, pero nada sucedía.

Desilusionado, cayó postrado hacia atrás, y entonces notó que a su lado había una botella vieja. La miró, la
limpió de todo el polvo que la cubría, y pudo leer que decía: "Usted necesita primero preparar la bomba con toda el agua que contiene esta botella mi amigo, después, por favor tenga la gentileza de llenarla nuevamente antes
de marchar".

El hombre desenroscó la tapa de la botella, y vio que estaba llena de agua... ¡llena de agua! De pronto, se
vio en un dilema: si bebía aquella agua, él podría sobrevivir, pero si la vertía en esa bomba vieja y oxidada, tal vez obtendría agua fresca, bien fría, del fondo del pozo, y podría tomar toda el agua que quisiese, o tal vez no, tal vez, la bomba no funcionaría y el agua de la botella sería desperdiciada. ¿Qué debiera hacer? ¿Derramar el
agua en la bomba y esperar a que saliese agua fresca... o beber el agua vieja de la botella e ignorar el mensaje?

¿Debía perder toda aquella agua en la esperanza de aquellas instrucciones poco confiables escritas no se cuánto tiempo atrás?

Al final, derramó toda el agua en la bomba, agarró la manivela y comenzó a bombear, y la bomba comenzó a
rechinar, pero ¡ nada pasaba! La bomba continuaba con sus ruidos y entonces de pronto surgió un hilo de
agua, después un pequeño flujo y finalmente, el agua corrió con abundancia... Agua fresca, cristalina.

Llenó la botella y bebió ansiosamente, la llenó otra vez y tomó aún más de su contenido refrescante. Enseguida, la llenó de nuevo para el próximo viajante, la llenó hasta arriba, tomó la pequeña nota y añadió otra frase:

"Créame que funciona, usted tiene que dar toda el agua, antes de obtenerla nuevamente".

Hay muchas lecciones que podemos extraer de esta historia. Muchas veces tenemos miedo de iniciar un
nuevo proyecto porque demandará una gran inversión de tiempo, recursos, preparación y conocimiento. Muchos
se quedan parados satisfaciéndose con los resultados mediocres, cuando podrían lograr grandes victorias.

Muchas veces tenemos grandes oportunidades que se nos presentan en la vida y que pueden ayudarnos a ser
mejores personas o pueden abrirnos puertas nuevas que nos conducen a un mundo mejor... pero tememos... no
confiamos.

La vida es un desafío, ¿por qué no nos arriesgamos?, ¿por qué no creemos? El tren pasa algunas veces por nuestra vida cargado de cosas... podemos arriesgarnos y subir... o dejarlo pasar... ¿Y si no vuelve? ¿Y si esa oportunidad que hoy dejamos pasar no se repite?

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La botella

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