CON RESPECTO AL TIEMPO.
(Aportación de nuestro amigo Cristian Armando Juliao De Laytz)
Un hombre que se divierte con mesura y en paz, responde fácilmente, cuando otro se disculpa en una conversación porque no tiene tiempo. "Tengo suficiente tiempo", dijo un prisionero en la correccional, mirando a su alrededor, "20 años para empezar a vivir". Varios a su alrededor se rieron, un grupo de gente básicamente buena, pero que dedicaron su tiempo a malas decisiones; ahora pasarían el tiempo con pocas opciones. El sabio uso del tiempo, la sabia toma de decisiones, es un asunto vital. Y a medida que la tecnología se incrementa, nuestro número de opciones se incrementa con ella. Una de las maravillas de estos días son las múltiples opciones en la punta de nuestros dedos. Cosas que hacer, lugares que visitar y formas de divertirnos. Por lo general no tenemos más que mover los dedos, para acceder electrónicamente a películas, juegos, música, libros, revistas, pasatiempos, algunos buenos y otros no, pero suficientes para ocupar a mil personas, durante mil vidas.

Desafortunadamente, este diluvio de opciones, trae consigo una consecuencia, una responsabilidad. Aquellos que pierden la perspectiva y se dedican sólo a divertirse, incluso a dejarse llevar, por los medios, día, tras día, algún día se despertarán y se mirarán al espejo y se harán preguntas difíciles a sí mismos. ¿En qué he invertido mi tiempo? ¿Hacia dónde he llevado mi vida? E incluso ¿En qué me he convertido? Podríamos decir, "Es que estaba ocupado, día y noche? Pero nuestras ocupaciones, ¿valen lo qué logramos?. El presidente Monson dijo en la conferencia de octubre de 2000: "No podemos regresar el tiempo pasado, no podemos detener el tiempo y no podemos experimentar el futuro en nuestro presente. El tiempo es un don, un tesoro que no podemos hacer a un lado y guardarlo para el futuro, debe ser usado sabiamente en el presente".

El teléfono que suena, la lista de correos electrónicos y ese montón de DVDs, en verdad son simplemente impedimentos entre nosotros y los deberes más importantes. ¿Quién de nosotros no puede decir que tiene 24 horas diarias? Si hay una lección que el reloj o el calendario nos puede enseñar, es que es el tiempo y no el dinero, es el papel moneda de la vida. La mortalidad es finita y todas sus experiencias se deben tomar fuertemente bajo perspectivas temporales, como nuestras vidas mismas, cada experiencia de la vida, tiene un principio y un fin. Las experiencias que escojamos, serán las ocupantes de éste, nuestro más precioso y no renovable recurso.

"El placentero futuro pertenece a aquellos que usan adecuadamente el ahora", dijo el élder Marvin J. Ashton, del Consejo de los Doce, en la Conferencia General de abril de 1975. "Cuan insensato es desperdiciar nuestros ahoras, cuando ellos son los que determinan nuestros mañanas. Debemos vivir sabiamente día a día, porque es todo lo que tenemos".

En esta era de eras, no nos podemos dar el lujo de ser distraídos. Los principios de rectitud están siendo atacados desde cada esquina y las cosas impuras o los regalos malévolos pueden penetrar en nuestro hogar como si fuera una manguera echando fuego, no solo absorbiendo nuestro precioso tiempo, sino quitándonos la virtud. El tomar adecuadas decisiones, requiere un cernido frecuente, un enfoque completo en las prioridades, por una poderosa voluntad, lo suficientemente fuerte para saber y elegir lo que es correcto y flexible para cambiar en un instante, no por algo más interesante, no por algo más llamativo, no por algo más apetecible, sino por un objetivo más importante. De lo contrario, cuan fácilmente las fuerzas de nuestra vida y los recursos pueden marchitarse silenciosamente a lo lejos.

No es fácil.

Algunos filósofos se pronuncian al decir que el hombre realmente no comprende el tiempo realmente, que el hombre solo sabe como medirlo. Sin embargo aun los niños entienden el transcurrir del tiempo. Esta comprensión se perfecciona con el tiempo.

Que dentro de nuestra comprensión podamos entender que así como cruelmente el tiempo es el amo, el tiempo es generoso, es opulento, es nuestro siervo. Piensen en todo lo que se puede lograr en los campos que valen la pena, por un constante esfuerzo al transcurrir el tiempo. Sabemos esto: con el incesante fluir del tiempo viene una inexorable toma de decisiones. Si podemos enganchar el tiempo para lograr nuestras metas, debemos ser de un solo ánimo, como se debe. No importando cuantas difíciles decisiones tengamos que hacer a fin de lograrlo.

(Church News, 16 de diciembre de 2006, pág. 16)
 

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Con respecto al tiempo


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