TODO SIGUE IGUAL
(Escrito por nuestro amigo Luis García Alvarado)
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Dedicado a mi mamá, allá donde se encuentra hoy, por su cumpleaños y por el día de la madre que siempre fueron fechas muy cercanas. Saludos cordiales.

CORREO ELECTRÓNICO A MI MADRE

Te escribo hoy unas cuántas líneas para informarte al respecto de asuntos sobre los que seguramente querrás estar al tanto y conocer por un canal confiable. He decidido utilizar el correo electrónico pues que yo sepa, nunca cerraste tu cuenta y además porque paradójicamente, desde hace bastante tiempo, el mensajero era la forma más frecuente de comunicarnos. Todavía recuerdo el brillo de tu rostro el día que llegó el computador a casa, tu vivo interés en el proceso de instalación, tus oportunas preguntas al joven informático sobre generalidades y detalles sobre algo que hasta ese momento era para ti desconocido. Pudimos ser testigos cercanos de tu interés por aprender, el tuyo fue amor a primera vista con el computador, en poco tiempo más gracias a tu mente abierta y a tu pensamiento siempre joven,  estabas en capacidad de redactar documentos, abrir archivos, almacenar información, navegar en Internet, comunicarte por correo electrónico, reenviar forwards y chatear como una adolescente.  A pesar de toda tu trayectoria de contadora calificada, de apoderada de una empresa de mandato y con toda tu fama de escribir a máquina con gran velocidad y precisión, fuiste capaz de confesar con humildad: “siempre quise encontrar una máquina más eficiente que yo… mis respetos para este aparato”.

Debes saber que en casa todo sigue igual, allí donde lo dejaste, hemos tenido que dar mantenimiento a aquello que lo merecía, tus cosas en su lugar, tu sonrisa dulce iluminando el comedor. Han venido al balcón unas palomas que insisten en anidar, de seguro pueden sentir ese calor de hogar que tu presencia plantó entre nosotros y que hemos tratado de conservar intacto.

A él no lo hemos abandonado y tratamos de que no sienta la soledad más allá de lo que todos la sentimos, se cree culpable de no haber cumplido su promesa y de querer seguir viviendo, te recuerda a cada paso, en cada detalle, en cada conversación. Está totalmente recuperado de la operación y no necesita silla de ruedas, caminador, ni bastón. No está arrinconado ni olvidado como temías que pudiera ocurrir, su mente volvió a la lucidez de siempre, no lo hemos sacado de su mundo al que se aferra y Dios nos ayuda para poder atender algunos de sus caprichitos a pesar de la crisis. Puedes estar tranquila al respecto de ese encargo.

Bautizamos a tu bisnieta como pediste antes de partir, buscamos estar más cerca de Dios como fue tu deseo y cada domingo vamos hasta su templo para sentir esa misma alegría con la cual vivías la fe y que sabías contagiar a todos. Las tías y los primos siguen llamando y recibiendo llamadas nuestras, nos vemos con menos frecuencia que antes pero estamos pendientes de la familia pues ella nos hizo saber a ciencia cierta el poder que tu amor había desplegado entre nosotros. Él habla seguido por teléfono con la niña y ella ha viajado un par de veces para visitarnos, vive lejos pero está pendiente de todos nuestros pasos.

Prácticamente todo se hizo según tu voluntad, no todo el mundo estuvo de acuerdo, muchos hubieran querido acompañarte más tiempo, pero una vez revisado el archivo de Word en el cual explicaste con claridad tus deseos, quisimos que se haga de esa manera pues sabíamos cuánto te preocupaba el dolor ajeno y querías bajar la intensidad de la pena que a todos nos causaba tu partida. Hasta el minuto final pensaste primero en los demás.

Mamita querida, hoy vengo a rendirte mi sentido homenaje, a decirte que en este año de ausencia, no ha disminuido en nada mi amor y mi gratitud, que nuestro pacto sigue firme ante Dios y que me preparo a diario para nuestro próximo encuentro. Ningún detalle de nuestra vida juntos lo he podido olvidar, cada caricia tuya durante mi infancia, cada palabra de aliento para aliviar los rigores y las angustias de la adolescencia, cada sabio consejo para iluminar mi juventud y todo tu apoyo para consolidar el resto de mi vida, estarán para siempre conmigo.

En cada madre que suspira por el bienestar de sus hijos, en esa que llora por no tener un mendrugo para aliviar el hambre, en la que hace largas colas en los hospitales para atender a su pequeñín enfermo, en la que duerme en el portal de la escuela para no perder una matrícula, en la que mendiga en las calles, en la que lava ropa ajena, en fin madre amada, en cada una de ellas veo tu rostro piadoso y en sus lágrimas diarias vuelco yo las mías para enviarte este recuerdo, para remitir al cielo mi sentida plegaria y para decirte que todo sigue igual y sin embargo hoy al llegar el día de las madres sin tenerte a mi lado, tengo la absoluta convicción de que ahora, te quiero mucho más.

Lic. Luis García Alvarado.

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Todo sigue igual

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