ELIMINANDO BASURA MENTAL
(Escrito por nuestra amiga Berta)


Hay muchas cosas que siempre me resultaron desagradables en nuestra convivencia.

Pero lo que más me sacaba de mis casillas, y jamás llegué a comprender era cuando me levantaba de madrugada a beber agua o al servicio y te encontraba sentado frente a la televisión, embobado mirando los largos anuncios de madrugada, no porque te sintieras alienado, sino porque no podías estarde otra forma. Nunca supe entender qué hacías, hasta que tu hermano me descubrió la verdad…

Me resultaba increíble, no podía, no quería egoístamente creer que dedicabas esos minutos robados a mí, para dedicárselos a seres inexistentes, que solo estaban en tu cabeza o sobre, bajo y contigo….

Cierro los ojos y aún puedo contemplar aquella estáncia:

El sempiterno sofá, reliquia familiar que no querias deshacerte de él, (ya lo jubilé), la enmarañada cortina que enredabas para enfadarme, el destartalado cojín (que te llevaste porque era tuyo)…Aquel techo pintado de oscuro, que nunca me gustó…

Saliste por la puerta y le dí la vuelta a todo, pues el llegar a casa era para mí una estúpida metáfora…

Siempre imaginamos nuestra casa de campo como un lugar paradisíaco, con la piscina climatizada, el sol calientito, el césped inusualmente verde, los niños alegres correteando, el sapo convertido en príncipe y la princesa con los ojitos abiertos como rana….

Y yo no quiero vivir más pesadillas diseñadas a imagen y semejanza de los cuentos del sádico Disney.

Con vivir la vida ya me basta, (sobre todo despues de haber estado tan cerca de la muerte), y a veces me sobra….

Así que vivirla contigo, para mí, debía ser algo parecido a lo que soñaba de niña,  cuando despertaba de una pesadilla y sentía el calor y la seguridad de mi osito de peluche…Pero mi osito de peluche tampoco fuiste tú, ni mi nido de amor la casa que compartimos, (por suerte la alergia apartó de mí ese lugar común), y las sombras de la habitación amparándome…

Estoy convencida de que algún día llegará “mi pianista”, y seguro que tal vez encontraré a alguien con quien compartir los miedos y las ganas; alguien con quien no tener que inventar excusas para llorar o amar…Alguien que me trate como un ser humano, como una mujer, que me quiera, me valore y me respete…Y si no es así…Prefiero estar sola…

Igual me siguen matando los momentos no compartidos, casi desperdiciados.

Los instantes cada vez más deliciosamente necesários en los que la necesidad se hace virtud y vicio para atravesar juntos, cogidos de la mano, unidos literalmente, el espejo que nos refleje tal y como somos o tal y como queremos ser…

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