LA MEMORIA
Escrito por nuestro amigo Norberto López.
"Basta una estrella, o la brasa de la luz de una estrella, para que la noche y lo oscuro se llame cielo."

Sucedió días pasados, cuando revisando libros y revistas viejas, vi mi cuaderno de primer grado. Pareció llegar del ayer remoto, sepultado en algún rincón de la desmemoria. Me quedé mirándolo y volví a sentirme de inmediato en aquella escuela perdida en la telaraña del tiempo niño. Mis primeros años, cuando la vida era un paquete de regalo aún sin abrir. Y ahí me quedé, con las mejillas ardiendo y el corazón palpitando.

Recordé algunos trazos de mi primera maestra; recorrí con mis dedos aquel viejo pupitre de madera, y hasta volví a sentir los perfumes del ambiente, que entonces absorbía con ese cosquilleo nervioso, que asomaba al quedarme a solas con mis primeras responsabilidades.

Me sentí feliz., y mi felicidad tallada por unas viejas hojas garabateadas que vistieron mi presente, como una segunda piel.

Comprendí entonces, lo importante de volver a nacer cada mañana, día a día, latido a latido. Que podemos anhelar lo que la mirada divisa, lo que vislumbra o imagina, y hasta lo que la lejanía promete; pero la grandeza no se capta en su extensión, sino en cada detalle que despierta nuestro asombro.

A veces lo majestuoso nos inmoviliza, nos retiene el aliento, nos mantiene a distancia. Solo ante lo pequeño podemos estremecernos, rindiendo culto al rito de este instante, de este fragmento que ahora habito...

Hoy rescato la memoria, como potencia del alma, porque como si fuera poco, me hace "tener" a mis padres ahora, aunque hayan partido hace tiempo...

Se trata de ser fiel al tamaño de lo que los brazos mecen, a la fiesta de lo que en las manos cabe, y al sabor de lo que nuestros labios rozan. Pero por sobre todo, a la callada esperanza del momento en que una canción o un dibujo, el recorrido de cada regreso...lo cotidiano, lo sencillo, a través de la memoria, sea el paisaje doméstico que nos vea crecer y nos acompañe en el viaje del milagro de la vida.

Beto 1999.


 
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