Desde que el sol comienza a develar los colores del follaje y los pájaros resuenan sus silbidos, el bosque despierta lento, como no queriendo hacerlo.SERENO DESPERTAR
(Escrito por nuestro amigo
Antonio Padilla Estrada)El viento barre las hojas para que los paseantes encuentren el camino a la paz que el bosque reserva a sus visitantes.
Los árboles se intercambian palmadas, animándose unos a otros. Algunos sacuden los brazos para que sus hojas marchitas se revuelquen en el suelo esperando su destino.
La hierba limpia su cara en el rocío que pronto partirá en manos del sol.
En su mundo, los insectos tocan las cornetas para que sus largas filas tomen la posición conocida. Les espera un arduo día de trabajo y disciplina. Si tienen suerte, algo especial encontrarán en los vericuetos misteriosos... entre árboles, paredes y verdes estructuras.
Brillantes y frescas, las aguas aguardan la llegada de los animales que las visitarán en busca de un recuerdo viviente del río, el estanque o la cascada. Y en su seno, esperan que el filo de la luz hiera la superficie y acaricie los rostros escondidos de los peces y las plantas que resguarda.
La vida llega de nuevo al bosque, quien lo celebra cantando con el viento y murmurando entre las aguas... platicando con cada criatura que la madre ha puesto a su cuidado.
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