LA HORMIGUITA QUE INSISTIO
(Escrito por nuestra amiga Yoleida Jiménez)
(Esta puede ser tu Historia)
 
Hace algún tiempo, en el país de Pulguilandia, ubicado en el tercer perro de la esquina de mi casa; hubo un gran alboroto, pues pasó un pregonero informando:

“Se han abierto las inscripciones para la “gran escuela de Tap” interesados pueden dirigirse a las instalaciones de la oreja”.

Muchas de las pulguitas que allí vivían, hicieron fila por varios días para obtener un cupo en esa MAGNA escuela. Entre ellas estaba la pulguita Josefita, que al escuchar sobre esto, pensó. _ “¡Al fin ha llegado el día!, ¡mi sueño, lo voy a poder cumplir!”. Entonces metió en un sobre todos sus documentos, sueños y esperanzas. Salió dando brincos de alegría y en tres saltos ya estaba lista. En el trayecto a la escuela, iba cavilando:

¿Será que llego a tiempo?, -y se respondía a si misma- ¡claro aún es tiempo!

¿y si hay mejores que Yo?, - seguía respondiéndose – No importa , Yo lo puedo lograr. Y se dispuso a no pensar más y aligerar el paso.  En cuanto hubo llegado, el tiempo se le hizo corto – cuando escuchó una voz ronca decir - ¡que pase el siguiente! De repente sintió todo su cuerpo temblar de tanto éxtasis que la embargaba.

Así lo hizo, entró y presentósu examen, documentos, y referencias. Todo estaba listo pero… (Nunca falta un "pero" en un cuento, o la trama difícil en una historia y esta no escaparía a ello) la Decano de baile, después de revisar todos los documentos, se dió cuenta que le faltaba, lo que para ellos sería lo más importante… su título de bachiller.

Y dirigiéndose a Josefita con su voz ronca le dice, - Josefita, lamentablemente no podrás iniciar los estudios en esta escuela, por faltarte parte de los requisitos y procedió a explicarle los estatutos. La pobre Josefita, sintió que su corazón se le partía en mil pedacitos al oír todo aquello que no lograba comprender, - y expuso a la Decano - ¡Profe! ¡Por qué salgo afectada por el mal trabajo realizado en la Oficina Educativa?, ¡por  qué se me sanciona a mi y no a los que deberían hacer bien su trabajo? (se dió cuenta que se aplica el dicho popular “la soga siempre revienta por lo más delgado”)

– y le replicó la decano – Es mi última palabra.

Entonces, se apoderó de la pulguita un extraño sentimiento, que jamás había sentido tan cierto, el deseo de insistir en cumplir su sueño, (si antes era cuestión de gusto ahora era cuestión de honor). - Y levantó su cruzada – ella ¡lograría estudiar en ese lugar y ese año! , por lo que echó mano de todas sus armas (que eran pocas por cierto).

Así habló en la secretaría, en la Oficina de Educación, se dirigió por radio a todos los que al igual que ella, estaban en la misma situación. Redactó un oficio y viajó a la Escuela Mayor (que estaba pasando la pata izquierda trasera del perro) llamada Baripulguilandia; pidió audiencia con: el rector, el Vicerrector, Director de administración y registro de estudiantes y hasta con el vigilante. Volvió a la Oficina Educativa acompañada de un concejal de Pulguilandia, y ni así la pulguita era tomada en serio.

Regresó a su pueblo con más deseos de conseguir su cometido. Ya casi no le quedaban lágrimas a Josefita. Pero la la pulga una vez más, habló con la decano de voz ronca, y resultó que el Concejal intercedió nuevamente, abogó por Josefita, le contó todo lo que ella había hecho. Esta vez la Decano – con una voz risueña – le dijo ¿por qué no estudias derecho? ¡Tienes madera para ello!.

A lo que ella respondió _ ¡no! ¡Es tap lo que quiero estudiar! Al decir eso vió como ese semblante rígido de la Decano se suavizó para decir – “Esta bien iniciarás, pero condicional y si logras antes del mes conseguir lo que te falta quedarás inscritas formalmente, sino te retirarás sin chistar siquiera”.

Así lo hizo al día siguiente volvió a la Oficina Educativa y no lo van a creer… el vigilante la reconoció ( y era lógico casi se había mudado a vivir allá de tanto que había ido), le preguntó ¿todavia con su problema? – esta vez no la dejó hacer cola, incluso la llevó hablar con un ángel (digo un ángel por lo bien que se portó) que logró que le entregaran el tan anhelado TÏTULO.

Vió – dijo el vigilante – les ganó por cansancio. ¡no! – Aseveró la pulguita - ¡Dios me los puso en el camino, para que todo sea en su tiempo perfecto, porque en Dios todo es posible. La pulguita regresó a su escuela a inscribirse, y según cuentan la única de todas las pulguitas rechazadas que logró entrar fue ella. Por lo que desde ese día conocen a Josefita, como “la pulguita que insistió”

MORALEJA:
Sólo el que persevera vence y los que nos cuesta sacrificio, es lo que aprendemos a valorar.  Dice la Biblia “sólo el que persevera hasta el fin…”

Autora: Jiménez Yoleida

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