LA INFLUENCIA DE LA LUNA
(aportación de nuestra amiga
Soraya Alejandra Italiano)
Acusada frecuentemente de transformar a hombres lobo y de alimentar a lunáticos, la Luna tiene a pesar de todo un importante papel en la vida real. Su gravedad produce las mareas en los mares y océanos. Ahora, además, los científicos han descubierto que dichas mareas influyen en los movimientos de las corrientes de hielo en la Antártida.

Un grupo de geólogos de la NASA, de la Penn State University y de la University of Newcastle, ha observado durante años el comportamiento de la Ice Stream D, una corriente de hielo situada en la Antártida occidental. El doctor Sridhar Anandakrishnan, de la Penn State, por ejemplo, afirma que ha visto a esta corriente hacerse más lenta, hasta alcanzar la mitad de su velocidad promedio, y después acelerar de nuevo. Anandakrishnan y sus colegas creen que este patrón de cambios se debe al periódico ascenso y descenso de las mareas oceánicas.

Las corrientes heladas de esta región trasladan grandes cantidades de hielo desde el centro del glaciar hacia el océano. Dicho glaciar se halla en parte sobre tierra firme, deslizándose, y en parte sobre el agua, flotando y avanzando.

Si observamos con detenimiento las diversas corrientes de hielo que existen en la zona, se puede comprobar que algunas se mueven rápidamente, otras reducen su velocidad y aún otras se detienen por completo. La corriente llamada Whillan's Ice Stream tiene un comportamiento particularmente extraño: se detiene y después se desliza durante un tiempo, moviéndose a lo largo de grandes distancias antes de pararse otra vez.
 
El hecho de que tan enorme río de hielo puede ser detenido por un simple cambio de apenas un metro en la altura de la marea no hace sino poner de manifiesto cuán delicado es el equilibrio de fuerzas en el borde de la placa helada, explica Robert Bindschadler, autor principal del trabajo y glaciólogo del Goddard Space Flight Center.

Él y sus colegas combinaron los datos de varias corrientes de hielo y produjeron un modelo de cómo las mareas controlan el proceso de deslizamiento y parada. Así, calcularon que si no hubiera mareas, los deslizamientos se producirían cada 12 horas. En realidad, las corrientes de hielo permanecen quietas durante 18 horas y después se deslizan durante 10 a 30 minutos, hasta pararse. A continuación, 6 horas después, se reinicia el deslizamiento hasta que éste se vuelve a detener. Los científicos han comprobado que el primer deslizamiento después de las 18 horas de pausa corresponde aproximadamente a la marea alta, y que el segundo se produce cuando la marea empieza a descender (aunque todavía no está baja).

¿Por qué ocurre esto? La porción superior de la corriente de hielo se mueve en todo momento. Cuando la marea se eleva y ejerce presión hacia arriba, el hielo de algún punto en el medio, se atasca. La presión del hielo superior, que no se detiene, acabará por superar el punto de atascamiento, provocando un deslizamiento y una posterior parada. La marea continuará ascendiendo para después retroceder, poniendo todavía presión sobre la corriente de hielo hasta que ésta vuelva a deslizarse.


 
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