CONTRA EL DOLOR
(aportación de nuestra amiga
Soraya Alejandra Italiano)
Un nuevo descubrimiento podría revolucionar el tratamiento del dolor relacionado con heridas, enfermedades o incluso la cirugía.

Científicos de la University of California (UCLA) y de la británica University of Cambridge creen haber descubierto un modo de suministrar fármacos contra el dolor directamente a la zona del cuerpo afectada, en dosis menores y con menores efectos secundarios.

Para ello se basan en el llamado "transporte axonal", que permite el suministro de los medicamentos a través de los propios nervios. Este sistema actúa como una cinta transportadora, que lleva las medicinas anti-dolor hasta las terminaciones sensoriales en los distintos tejidos corporales.

Este tipo de transporte ya se había estudiado con anterioridad, con pocos resultados. Los nuevos trabajos implican tecnología avanzada con resultados clínicos realmente efectivos sobre grupos de nervios determinados y concretos. Muchas veces se desea actuar sobre zonas afectadas por una enfermedad, pero ello no es posible debido a su inaccesibilidad o porque ello implicaría el uso de cantidades de fármacos demasiado grandes, que producirían efectos secundarios no deseados. Si somos capaces de suministrar estas medicinas al punto preciso podremos reducir su toxicidad y dejar de afectar a zonas no relacionadas.

El nuevo método permite suministrar mediante inyección el tratamiento adecuado a un paciente incluso durante una operación quirúrgica, aliviando el dolor que en otras condiciones se prolongaría durante días. La droga actúa sólo en los nervios afectados por la operación, evitando así sensaciones de náusea, dificultades respiratorias, etc.

Sustancias con una formulación apropiada pueden ser captadas por las terminaciones nerviosas y transportadas hacia los tejidos principales del sistema nervioso. Dado que los nervios son muy territoriales y se reparten segmentos concretos del cuerpo, esto permite el suministro selectivo de medicamentos a las partes del sistema nervioso relacionadas con la sensación del dolor y otros procesos de las enfermedades.

Las pruebas hasta ahora se han hecho en ratas de laboratorio. Una simple inyección puede reducir en un 50 por ciento la hipersensibilidad frente al dolor durante cuatro días. Mediante los sistemas empleados hasta ahora (directos a la sangre), ello implicaría repetidas dosis y cantidades 300 veces más elevadas de medicamento. El torrente sanguíneo, además, lleva este último hasta todo el cuerpo, afectando áreas no deseadas.

Se espera que las pruebas clínicas en pacientes humanos comiencen a principios de 2002.

Información adicional en:
http://www.ucla.edu/


 
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