¿PORQUE ODIAN A
ESTADOS UNIDOS?
(Escrito por nuestro amigo Roberto Torres Collazo)
Educador Puertorriqueño Residente en Boston

Entender no significa justificar el terrorismo. Para entender es necesario describir brevemente algunos elementos de la política exterior del gobierno de Estados Unidos en el Siglo XX. Es sabido en el Mundo que Estados Unidos ha apoyado dictaduras y gobiernos no elegidos electoralmente en el Medio Oriente para asegurar sus grandes reservas de petroleo y su hegemonía política. El conflicto israelí-palestino, ha sido apoyado unilateralmente en lo económico por Washington, tolerando los ataques desbastadores de las máquinas de guerra israelí contra el pueblo palestino. Arábia Saudita es
ocupada por una base militar estadounidense en territorio sagrado del islamismo, donde están situadas las ciudades santas Meca y Medina.

A partir de 1991, en la guerra contra Irak y a raíz del embargo impuesto por Estados Unidos han muerto 500 Mil niños. Medeline Allbright, entonces ministra de Relaciones Exteriores del Ex-Presidente Clinton dijo cínicamente al respecto: “Es un precio alto que estamos dispuestos a pagar”. Como si estuviera hablando de lavadoras, autos o televisores. En 1998 fuerzas militares estadounidenses destruye una fábrica de suministros farmaceúticos en Sudan como represalia por los ataques a las embajadas de Estados Unidos en Tanzania y Kenya, alegando que era una fábrica de armas químicas. Meses mas tarde el gobierno de Estados Unidos reconoce que no habían evidencias de producción de armas químicas. Los ataques a Yugoslavia y la primera ocupación del Siglo XXI contra Irak han divido los pueblos, ha creado desconfianzas, resentimientos, indignación en el Mundo y secuelas de sufrimientos de mujeres, niños, ancianos, enfermos y discapacitados.

Esa política exterior de Estados Unidos no se limitó a el Medio Oriente, también Latinoamérica.  Por ejemplo, en 1940 la Marina de Guerra tomó ilegalmente terrenos de Vieques, Puerto Rico, para ensayos militares con sus aliados en detrimento de la salud, ecología y desarrollo de todo un pueblo.

El gobierno estadounidense apoyó militar y económicamente atraves de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) golpes de estados como en Guatemala (1954), Brasil (1964), República Dominicana (1965), Chile (1973) e invadió aún con la desaprobación de la Organización de las Naciones Unidas a Granada (1983) y Panamá (1989). En los años 80’ la Corte Internacional de la Haya vigente ese tiempo y los Obispos de Estados Unidos, condenaron las intervenciones de Estados Unidos en Nicaragua atraves de grupos armados en Honduras y Costa Rica, donde murieron miles de civiles urante toda una década.

Todas esas intervenciones militares, económicas y políticas de Estados Unidos nos pueden ayudar a entender los trágicos sucesos del S-11. La política exterior que ha producido millones de sufrimientos, dolores, muertes, asesinatos, desaparecidos,  torturas y pobreza en muchos países, que se han convertido en el peor de los casos con el tiempo en cultivo de odios, venganzas,  rebeldías y ataques terroristas.

El ataque del S-11 fue contra los símbolos de poderes financieros y militares de Estados Unidos, fue producto de su política exterior que pocos conocen su historia, no fue contra los valores y libertades de Estados Unidos. Jamás Estados Unidos mereció los ataques terroristas del S-11, pero para evitar futuros dolorosos, tristes y más muertes a manos de terroristas, se hace necesario la respuesta del amor sin estereotipos, seguir apostando  por el diálogo en igualdad de condiciones con el Mundo, la tolerancia hacia otras religiones, valores y estilos de vida, procurar entender otras culturas, la negociación, la iniciativa, sincera solidaridad, respetar las soberania de los pueblos, justicia para los paises pobres y reconocer que todos y todas somos hijos e hijas de un solo Dios, en consecuencia; todos somos hermanos.

A riesgo de parecer simplista, todas estas propuestas se resumen en una palabra, que es el antídoto al odio: Amor.

Dice san Juan: “El que dice ‘Yo amo a Dios’ y no ama a su hermano, es un mentiroso”,  I de san Juan 4,19-20 y Jesús señaló: “Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué mérito tiene?, ¿no actuan así los malos?” Mateo 5,46-48.
 

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